Latidos que desgarran, que se convierten en una fina cuchilla, en un pedazo de sentimiento, en una espina de bestialidad, en un susurro de oscuridad, en un golpe de viento...
¿Qué hacer con esta vida mía que no siente el encuentro con pasión mas sin embargo cae en la desazón de volver a buscar la soledad? Han caído tantas hojas secas en estos años que se ha formado una capa de humus, con necesidad de florecer, aparecer junto a frescas setas para tildar los otoños con su alegre nostalgia. ¿Cuando romperé? ¿Cuándo seré alas de árbol o viento del mar? Lugo y Galicia se presentan como el manjar suculento para estos órganos que me permiten respirar, y esta mente... Si me dijera lo que busca y necesita para poderla complacer. Paisajes que ladren a esta alma, personas que golpeen con su máxima fuerza esta cabeza desvariada para que con un clima diferente y el olor del mar pueda desatar ese animal contenido acariciándose con la vida.
Necesito no necesitar a nadie en compañía, necesito no necesitar nada para así, quedarme libre de mi misma.
El beso de lluvia llegó rozando mis labios, dándome un escalofriante aliento de vida. Mojó mis comisuras y bajó lentamente, desapareciendo en un cálido suspiro.
Tres grados son pocos para plasmar lo que bastas manos quieren expresar.
Lluvia y música se mezclan para crear un pequeño paraíso, en el que viven; la soledad, las ilusiones, éstos mis sueños, y la alegría de esta vida que salta por estar viva.