martes, 25 de mayo de 2010

p.862,863,864 Los Pilares De La Tierra

<<...Oyó pisadas en la escalera de la torre pequeña. Advirtió que jadeaba como si hubiera estado corriendo. No había nadie a la vista. ¿La habría seguido alguien con la intención de sorprenderla? Las pisadas avanzaban por el pasaje del triforio. Aliena dejó de apoyarse contra la columnilla y permaneció, temblando, en el borde. En el umbral apareció una silueta. Era Jack.
-¿Qué haces aquí? -le preguntó, asombrado.
-Estaba..., estaba viendo cómo marchaba tu catedral -respondió ella.
Jack señaló el capitel que había sobre la cabeza de Aliena.
-Yo hice eso.
Aliena levantó la vista. En la piedra aparecía esculpida la figura de un hombre cuya espalda descansaba el peso del arco. Tenía el cuerpo contorsionado y una expresión de dolor. Aliena lo miró atentamente. Jamás había visto nada parecido.
-Así es como me siento -dijo sin darse cuenta.
Cuando volvió a mirarle, Jack estaba junto a ella, sujetándola suavemente por el brazo, aunque con firmeza.
-Lo sé -respondió.
Aliena miró hacia abajo. La idea de arrojarse desde aquella altura hizo que se sintiera enferma de miedo. Se dejó conducir a través del pasadizo del triforio.
Descendieron por las escaleras de la torre. Una vez abajo, Aliena se sentía sin fuerzas.
-Estaba leyendo en el claustro y al levantar los ojos te vi en el triforio -le explicó Jack, volviéndose hacia ella.
Aliena contempló aquel rostro juvenil, que reflejaba tanta ternura y preocupación a la vez. Recordó entonces el motivo que la indujo a apartarse de todo el mundo y a buscar allí la soledad. Ansiaba besarlo, y vio el mismo anhelo en la mirada de él. Todas las fibras de su ser la impulsaban hacia sus brazos; pero ella sabía muy bien lo que tenía que hacer.
-Creo que voy a casarme con Alfred -dijo en lugar de gritarle: "Te amo como un torbellino, como un león, como una furia irrepimible."
Jack la miró sin dar crédito a lo que oía. Su expresión era triste, con una tristeza remota y discerniente que no respondía a sus años. A Aliena le pareció que iba a echarse a llorar. Pero no lo hizo. Vio una expresión de furia en sus ojos. Abrió la boca para decir algo, cambió de idea, vaciló y finalmente murmuró en un tono tan glacial como el viento del norte:
- Más te hubiera valido saltar del triforio.- Dio media vuelta y entró de nuevo en el monasterio...>>



(Y te amaré dentro de los libros, buscándote en personajes, en situaciones, en palabras...mientras espero que regreses de tu viaje.)