¿Y si te quito el nombre?
Si consigo que no te evoque
Si puedo oírlo sin cerrar los ojos
para impedir el paso de las lágrimas
¿Y si te quito el nombre?
Si lo convierto en un nombre como otro cualquiera
¿Qué quedará de ti?
Nada.
Latidos que desgarran, que se convierten en una fina cuchilla, en un pedazo de sentimiento, en una espina de bestialidad, en un susurro de oscuridad, en un golpe de viento...