Latidos que desgarran, que se convierten en una fina cuchilla, en un pedazo de sentimiento, en una espina de bestialidad, en un susurro de oscuridad, en un golpe de viento...
El beso de lluvia llegó rozando mis labios, dándome un escalofriante aliento de vida. Mojó mis comisuras y bajó lentamente, desapareciendo en un cálido suspiro.
Tres grados son pocos para plasmar lo que bastas manos quieren expresar.
Lluvia y música se mezclan para crear un pequeño paraíso, en el que viven; la soledad, las ilusiones, éstos mis sueños, y la alegría de esta vida que salta por estar viva.