sábado, 15 de mayo de 2010

Aliento de anhelo

Se quedo tumbado en su cama, la que tantas veces acoge su cuerpo cansado y pesaroso, esperando en la noche de lluvia que aparezca su amor. La brisa húmeda entra por la ventana, le acaricia la tez, le eriza los pelos, le hace estremecer, y casi, con ganas de llorar, se tapa los hombros, la cabeza y abraza su almohada. Sueña que es su amada la que toca con manos frías su piel y se adhiere a su ser. Vuelve a destaparse, prefiere sentir el frío, dejarse llevar por las ensoñaciones, porque sabe, que esta noche, tampoco vendrá.

1 comentario:

  1. No, no vendrá.

    Y no solo para él, otros todavía dormimos sin sueños que abrazar.

    Escueto, pero cierto.

    ResponderEliminar